martes, 16 de octubre de 2012

ad Infernos

 
 
Los griegos y los romanos creían que el mundo de los muertos estaba situado bajo tierra. La palabra infernus es de la misma raíz que la palabra inglesa under y no tiene connotaciones peyorativas, sólo significa "lo que está abajo". Sin embargo, ese mundo inferior o "de abajo", al que iban después de la muerte todos los mortales, estaba poblado por diversos y curiosos personajes.
 
 
Los Infiernos estaban divididos en dos partes: los Campos Elíseos, donde iban los dichosos o bienaventurados, y el Averno, donde se ubicaba el Érebo, residencia de varias divinidades, el Báratro, lugar donde sufrían tormento los hombres malvados, y el Tártaro, residencia de Hades o Plutón y héroes o semidioses.
En los Infiernos había cinco ríos, como, v.gr., el Aqueronte, rodeando los Infiernos y la laguna Estigia, cuyo juramento era el más inviolable, incluso para los dioses. Otros ríos eran el Cocito, de un sonido lastimero, el Flegetón, un río de fuego, y el Leteo, cuyas aguas borraban la memoria del pasado.
 

Hades, o Plutón para los romanos, era apodado "el rico", puesto que posee todos los tesoros subterráneos y de la tierra origen de toda la riqueza. Está casado con Perséfone o Proserpina.
El ciprés era el árbol sagrado de Hades, por eso se plantaban cipreses cerca de las tumbas.
 

 
Para acceder a los Infiernos las almas tenían que cruzar el Aqueronte sobre la barca de Caronte. Éste no aceptaba las almas de los que no habían recibido supultura, que se quedaban vagando durante un siglo, y además cobraba una moneda por el pasaje. Por eso se acostumbraba a poner una moneda en la boca de los difuntos.

 
La entrada de los Infiernos era custodiada por el perro Cerbero (se suele citar como can Cerbero), enorme perro de tres cabezas. El único que pudo enfrentarse a él y capturarlo vivo fue Heracles o Hércules.
 
 
Personajes famosos castigados en los Infiernos fueron:

 
Las Danaides, hijas de Dánao, fueron condenadas a llenar una tinaja sin fondo, porque haberse casado con los sobrinos de su padre y haberlos asesinado en la noche de bodas por orden de su padre. Lo hicieron todas excepto Hipermestra, cuyo marido Linceo vengó a sus hermanos matando a las demás.

 
Tántalo fue condenado a pasar hambre y sed por la eternidad por haber inmolado a su hijo Pélope y tras haberlo cocinado ofrecerlo como manjar a los dioses.

 
Ixión fue condenado a dar vueltas atado a un rueda eternamente por haber intentado violar a Hera o Juno.

 
Sísifo, hijo de Eolo, asoló la tierra con sus robos. Fue castigado a subir un enorme peñasco o piedra a la cumbre de un monte, pero ésta resbalaba cuando ya estaba en la cima. Así una y otra vez.

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