viernes, 21 de octubre de 2011

de ventis o la rosa de los vientos 2ª parte



Pero ¿Quiénes eran los Vientos? Era común considerar a los Vientos como vástagos de los titanes Astreo Eos, la Aurora, y así hermanos del Fósforo o el Lucífero y de los Astros. Según nos cuenta (en las "Metamorfosis") el poeta Ovidio, el demiurgo dispuso en el elemento aire a los Vientos, permitiéndoles dominarlo por completo dirigiendo cada uno sus soplos en diferentes recorridos.

Los Vientos eran dominio de la diosa Hera, con los que ninguna acción escapaba a su conocimiento en todos los puntos geográficos, a excepción de los Campos Hiperbóreos.
Pero, pese a que la diosa Hera disponía de los Vientos, su esposo, Zeus, los había confinado, porque, si no se los controlaba, arrasarían la tierra, elevarían el mar por el aire, barrerían hasta la misma bóveda celeste. Entonces, la diosa Hera se los confió a Eolo: hijo de Zeus y Arne, de joven, navegando hacia el oeste, tomó posesión de las siete islas eolias del mar Tirreno -entre Italia y Sicilia-, luego estableció su residencia en una isla flotante llena de riscos, Lípara, donde se hizo confidente de los dioses, y después, según se decía, guardián de los Vientos, cuya tarea consistía en dejarlos salir o su discrección o a voluntad de los dioses, mientras tanto no sucedía, prisioneros, braman y murmuran tras la puerta de su celda. Tan diligente fue Eolo que, Zeus, a la hora de su muerte, lo entronizó en la cueva donde los custodiaba.
Y fue en su isla flotante, cercada por una muralla de bronce, donde arribó Odiseo -o Ulises- con su nave, y Eolo le entregó un odre con los Vientos...pero esta es una historia que merece la pena leerse en Homero.
Y para complacer a Juno -o Hera- Eolo entreabrió de un golpe de lanza el flanco de la montaña en que descansa su trono, por cuya salida los Vientos escaparon y revolvieron el mar. Pero Eolo no tuvo tiempo de alegrarse, pues Neptuno, que ascendía a castigar a los Vientos, los devolvió a su Rey con términos llenos de desprecio, además de encargarles a ellos mismos que...pero esta es una historia que merece la pena leerse en Virgilio. (…)

© 2006 JDdeGeaRuiz
© 2010 JDdeGeaRuiz (Versión Ampliada)

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